Pastor “multiplica Panes y Peces”.
Argentina, · Estados Unidos Florida, USA.- (SECOSICE) Desde que llegó a la Iglesia Bautista de Haverhill hace ocho meses, el Pastor Carlos Guzmán ha puesto en movimiento a la comunidad.
No sólo ha aumentado el número de hispanos que acuden a los servicios sino que utilizando las donaciones de los mismos fieles se ha propuesto llenar 200 bolsas con alimentos básicos para repartirlas semanalmente entre igual número de familias necesitadas; hispanas y angloamericanas.
“Al ver tanta necesidad y tantos hermanos nuestros sin trabajo y con sus familias sufriendo, decidimos hacer una obra de caridad”, explica Guzmán. “No es fácil enfrentarse a tantas carencias especialmente en la primera potencia del mundo”, agrega este pastor argentino, siempre haciendo referencia a las Escrituras y las enseñanzas, que él mismo imparte a quienes acuden a la iglesia, localizada en 671 Haverhill Rd North Haverhill, West Palm Beach, Florida, USA.
Durante 33 años, comenzando en su natal Córdoba, Guzmán, junto con su esposa Gladys y luego con sus cuatro hijos, se han dedicado a poner su fe en acción para beneficio de otros.
Hasta 1993 permaneció en Argentina y luego se trasladó como misionero a Ecuador, donde trabajó con los niños pobres de Santo Domingo de los Colorados, una ciudad localizada al centro-norte del país. “Les dábamos comida, atención médica y los educábamos”, recuerda Guzmán, de 57 años.
Aun cuando su propósito era regresar a Argentina una vez terminara su trabajo en Ecuador, este Pastor Bautista se encontró viajando a Estados Unidos, donde ya cumplió ocho años.
Si bien desde su llegada a Estados Unidos Guzmán solamente ha “pastoreado” comunidades hispanas, cuando llegó a la iglesia de Haverhill a mediados de 2008 se encontró con que la mayoría de los asistentes eran angloamericanos y le tocaba a él acercarse a los residentes hispanos del área.
“Comenzamos con un grupo de seis o siete personas, y hoy ya tenemos más de 70″, explica Guzmán, agregando que actualmente la congregación está integrada por casi un 50 por ciento de hispanos.
Mientras Guzmán y su esposa trabajan en grupos caseros de evangelización, sus hijos Jonathan, Esteban y Rebeca se dedican a trabajar con los grupos juveniles e infantiles.
Y con la colaboración de todos ellos y con voluntarios de la comunidad misma es que inició su labor caritativa semanal.
“Además de algunas empresas que nos regalan pan, con el dinero de las ofrendas compramos los alimentos de manera que cada bolsa contenga azúcar, pan, carne fresca, comida en latas, leche en polvo y cereal”, explica Guzmán.
Además, este Pastor Argentino está pensando en la posibilidad de organizar un desayuno semanal. Pero eso será en el futuro. Mientras tanto, todos los jueves en la mañana suple a familias que no tienen empleo o que con el que tienen, no alcanza para alimentar a toda la familia.
Si hay personas que se aprovechan de la generosidad de Guzmán y su iglesia para reclamar comida que realmente no les hace falta, es algo que este pastor desconoce.
“No tenemos un control sobre quién necesita o no las donaciones. Eso lo dejamos en manos de la honestidad de cada persona”, dice. Por cuánto tiempo más estará en Haverhill cumpliendo con su misión religiosa y caritativa es algo que Guzmán tampoco sabe. “Estaré aquí todo el tiempo que Dios quiera”, puntualiza.
Argentina, · Estados Unidos Florida, USA.- (SECOSICE) Desde que llegó a la Iglesia Bautista de Haverhill hace ocho meses, el Pastor Carlos Guzmán ha puesto en movimiento a la comunidad.
No sólo ha aumentado el número de hispanos que acuden a los servicios sino que utilizando las donaciones de los mismos fieles se ha propuesto llenar 200 bolsas con alimentos básicos para repartirlas semanalmente entre igual número de familias necesitadas; hispanas y angloamericanas.
“Al ver tanta necesidad y tantos hermanos nuestros sin trabajo y con sus familias sufriendo, decidimos hacer una obra de caridad”, explica Guzmán. “No es fácil enfrentarse a tantas carencias especialmente en la primera potencia del mundo”, agrega este pastor argentino, siempre haciendo referencia a las Escrituras y las enseñanzas, que él mismo imparte a quienes acuden a la iglesia, localizada en 671 Haverhill Rd North Haverhill, West Palm Beach, Florida, USA.
Durante 33 años, comenzando en su natal Córdoba, Guzmán, junto con su esposa Gladys y luego con sus cuatro hijos, se han dedicado a poner su fe en acción para beneficio de otros.
Hasta 1993 permaneció en Argentina y luego se trasladó como misionero a Ecuador, donde trabajó con los niños pobres de Santo Domingo de los Colorados, una ciudad localizada al centro-norte del país. “Les dábamos comida, atención médica y los educábamos”, recuerda Guzmán, de 57 años.
Aun cuando su propósito era regresar a Argentina una vez terminara su trabajo en Ecuador, este Pastor Bautista se encontró viajando a Estados Unidos, donde ya cumplió ocho años.
Si bien desde su llegada a Estados Unidos Guzmán solamente ha “pastoreado” comunidades hispanas, cuando llegó a la iglesia de Haverhill a mediados de 2008 se encontró con que la mayoría de los asistentes eran angloamericanos y le tocaba a él acercarse a los residentes hispanos del área.
“Comenzamos con un grupo de seis o siete personas, y hoy ya tenemos más de 70″, explica Guzmán, agregando que actualmente la congregación está integrada por casi un 50 por ciento de hispanos.
Mientras Guzmán y su esposa trabajan en grupos caseros de evangelización, sus hijos Jonathan, Esteban y Rebeca se dedican a trabajar con los grupos juveniles e infantiles.
Y con la colaboración de todos ellos y con voluntarios de la comunidad misma es que inició su labor caritativa semanal.
“Además de algunas empresas que nos regalan pan, con el dinero de las ofrendas compramos los alimentos de manera que cada bolsa contenga azúcar, pan, carne fresca, comida en latas, leche en polvo y cereal”, explica Guzmán.
Además, este Pastor Argentino está pensando en la posibilidad de organizar un desayuno semanal. Pero eso será en el futuro. Mientras tanto, todos los jueves en la mañana suple a familias que no tienen empleo o que con el que tienen, no alcanza para alimentar a toda la familia.
Si hay personas que se aprovechan de la generosidad de Guzmán y su iglesia para reclamar comida que realmente no les hace falta, es algo que este pastor desconoce.
“No tenemos un control sobre quién necesita o no las donaciones. Eso lo dejamos en manos de la honestidad de cada persona”, dice. Por cuánto tiempo más estará en Haverhill cumpliendo con su misión religiosa y caritativa es algo que Guzmán tampoco sabe. “Estaré aquí todo el tiempo que Dios quiera”, puntualiza.