miércoles, 27 de enero de 2010

Indígenas mexicanos protestan por la intolerancia religiosa en Chiapas

SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS, Chiapas, México.- Más de 400 indígenas de varios puntos del estado de Chiapas, en el sureste de México, durmieron el pasado martes 19 a la intemperie frente al Palacio de Justicia de la ciudad de San Cristóbal de las Casas para protestar por una ola creciente de intolerancia religiosa contra las minorías evangélicas.

Los indígenas del estado de Chiapas han decidido hacer oír su voz. En el campamento de protesta instalado en San Cristóbal de las Casas duermieron junto a fogatas, para protegerse de las bajas temperaturas de la madrugada, cientos de hombres, mujeres y niños.

Exigen que cese la intolerancia religiosa y una compensación económica en casos concretos, por ejemplo por las viviendas de cinco familias de evangélicos en la comunidad de Los Llanos, que fueron destruidas por un grupo de católicos tradicionalistas para obligarlos a abandonar la población.

En esa localidad, ubicada cercad de San Cristóbal de Las Casas, las autoridades rurales reconocen que un total de 30 evangélicos fueron desalojados por "romper las relaciones comunitarias" al negarse a cooperar con la comunidad y por "faltar el respeto a las costumbres y tradiciones".

El comisario de esa demarcación rural, Jesús Pérez Díaz, manifestó en un comunicado que el desalojo de las cinco familias se llevó a cabo "sin violencia" y por resolución de la Asamblea de esa población.

A juicio de las autoridades de ese pueblo indígena, los evangélicos "escandalizan a la comunidad" con sus actos religiosos, ya que "gritan que ellos sólo siguen lo que Dios les dicta". Y esto es interpretado como "un pretexto para desatender sus obligaciones frente a la comunidad".

SOLIDARIDAD FRATERNAL
El pastor y abogado Esdras Alonso González, de la iglesia evangélica "Alas de Águila", explicó que en la manifestación participan indígenas tsotsiles y tseltales de todo Chiapas en apoyo a sus "hermanos de fe".

"El silencio a veces resulta complicidad. Si se dejan pasar las agresiones, se repiten y repiten y la autoridad no las resuelve", apuntó González. "Sólo con movilizaciones nos atienden, por eso, aunque sean pequeñas, las comunidades de fe no están solas", aseveró.

REPRESALIAS
Los evangélicos son hostigados de diferentes maneras. Mariano Pérez Pérez, un tsotsil del municipio de Zinacantán, afirma que hace un año le quitaron el servicio de agua, teléfono y energía eléctrica a siete familias, incluida la suya, supuestamente por ser evangélico.

Según Pérez, las familias se negaron a dar dinero para las celebraciones tradicionales de vírgenes y santos católicos en Zinacantán, razón suficiente para ser agredidos y amenazados con la expulsión de la zona.

Abel Vázquez Molina y Román Vázquez Gómez, de la Iglesia de Cristo del municipio de Teopisca, dicen por su parte que pasaron 48 horas en la cárcel por negarse a cooperar con la organización de una fiesta católica.

EJÉRCITO DE DIOS
Mientras esperan la respuesta del Gobierno, cada tarde los evangélicos realizan una marcha por las calles de San Cristóbal encabezados por un grupo de hombres y mujeres uniformados con boinas y pantalones camuflados, integrantes del "Ejército de Dios", una organización civil en la que sus miembros no portan armas pero ostentan títulos militares como "comandante" y "general".

En Chiapas, uno de los estados más pobres de México, mayoritariamente habitado por indígenas, operan alrededor de 50 emisoras de radio evangélicas, lo que muestra el avance del protestantismo en esa región de México, fronteriza con Guatemala. Según datos de las iglesias evangélicas de la zona, en el 40% de Chiapas hay presencia de otras religiones distintas a la católica.
Fuente: Notimex/EFE/ACPress.net
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