Texas, USA, México.- (SECOSICE) Un buen número de hispanos de una iglesia en el norte de Texas acuden a sus servicios religiosos con caballo y sombrero y le cantan a Dios al ritmo de rancheras y mariachis.
Todo comenzó hace tres años cuando un grupo de ocho personas decidió dar inicio a lo que bautizarían con el nombre de Iglesia Vaquera, una denominación perteneciente a la “Texas Fellowship of Cowboy Churches”, que actualmente tiene cerca de 20 templos en el estado.
Sin embargo, la Iglesia Vaquera, ubicada en Red Oak es la única que imparte sus servicios simultáneos en español, dirigido al público adulto, y en inglés, para los niños y las parejas de los feligreses que se comunican en ese idioma.
Según Tye Howard, Pastor Estadounidense casado con una Mexicana, la idea principal es la de atraer a la población hispana que no tiene mucho acercamiento con “la palabra de Dios” que vive en las zonas rurales.
“Hay muchos latinos, especialmente mexicanos que sí acuden en mayoría a eventos como rodeo, ver a los jinetes y montar en caballo.
También el tipo de música que usamos en nuestros servicios es el regional mexicano y mariachi”, afirma Howard, cuyo templo se encuentra bajo la doctrina de las Iglesias Bautistas o Cristianas Evangélicas.
Howard no es Pastor “de cuello y sotana” sino más bien viste camisa vaquera y sombrero con un ala grande, al más puro estilo del “viejo oeste”.
Varios de los miembros de la Iglesia Vaquera, sino la gran mayoría, también llega al servicio dominical con sus botas vaqueras, altas con punteras y tacos para que encaje el pie en el estribo y evitar que se resbale de la montura del caballo.
Armando Plascencia es uno de ellos. Actualmente reside en Waxahachie, pero nació en Sonora (México). Cada domingo, él y su pequeño hijo de apenas seis años, ensillan un caballo, les ponen las herraduras y cabalgan desde la casa de un amigo hasta la iglesia en un recorrido de varias millas.
Plascencia fue uno de los primeros feligreses en la Iglesia Vaquera y, si no hay lluvias de promedio, llega temprano a los servicios casi siempre montado en su caballo, una tradición que según cuenta lo acerca a sus raíces y lo acerca a la “Palabra del Señor”. “A mí me motivó esta iglesia por los animales porque es algo raro pero a la vez bonito. Además, no hay muchas iglesias en Texas en español que tenga estas características. Por eso es que muchos hispanos se han motivado con esta iglesia que de hecho está creciendo rápidamente”, sostiene Plascencia.
Agrega que uno de los atractivos de su iglesia es que realiza las llamadas “charreadas” o “jaripeos”, un tipo de rodeo clásico mexicano que se lleva a cabo en ciertos escenarios llamados “lienzos charros”, una especie de coliseo diseñado para la ocasión.
La Iglesia Vaquera, cuya membresia bordea los 150, organiza una serie de comidas al aire libre y cada domingo tratan de montar a caballo en las afueras del local que comparten con otra iglesia vaquera pero dirigida a los anglosajones.
Muy pocos de los miembros tiene caballo, por eso la congregación ha adquirido seis animales para que todos tengan la oportunidad de montar aunque sea una vez al mes.
Las ceremonias bautismales la efectúan en un arroyo cercano pero siempre acompañado del caballo, y de acuerdo al pastor Howard, se le hace sólo al creyente que profesa “que Jesucristo es el Señor y Salvador”.
Olga Leal, natural de Nuevo Léon (México), lleva también tres años en la Iglesia Vaquera, y según dice, se enamoró de esta congregación por el estilo vaquero y porque ellos aceptan a todos siempre y cuando gusten de la vida de rancho y les guste montar a caballo.
“Hay actividades no sólo para adultos, sino también para adolescentes, mujeres y niños. Pero es importante recalcar que hablamos de la palabra de Dios y ese ambiente es el que me hace sentir como si estuviera en casa”, aseguró Leal, refiriéndose a su tierra natal.
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