viernes, 22 de mayo de 2009

Banco de Alimento de la Iglesia Luterana ha visto un incremento de hasta casi un 300% en la demanda.

California, USA.- (SECOSICE) ¿Comerán los niños hoy? Esa es la pregunta que muchas madres se hacen en el verano, cuando tienen que preocuparse por poner comida en su mesa para sus hijos más veces a la semana.

Marta González, residente de Van Nuys y madre de dos niños, tiene que ‘hacer milagros’ con el presupuesto familiar que ha registrado un recorte del 20% debido a que su esposo está trabajando sólo cuatro días a la semana, y ahora que las clases escolares terminarán en un mes, ella ha decidido buscar ayuda en el banco de comida cercano a su hogar para complementar la despensa.

“Uno se tiene que ajustar el cinturón. No hay opción, pero son demasiados los gastos y a veces no alcanza para la comida”, dijo Marta, quien ayer por primera vez recibió comida del banco de alimento de la Iglesia Luterana, una de las organizaciones que distribuyen alimentos gratuitos a las familias necesitadas del Valle de San Fernando.

Desde enero del presente año, éste y otros bancos de comida locales han visto un incremento de hasta casi un 300% en la demanda.

Muchos han reducido las horas de operación o recortado días de entrega al no tener suficientes alimentos, otros se han volcado a la generosidad de los supermercados de la zona y de donaciones privadas para hacer frente a la gran demanda sin tener que recortar servicios.

Jane Maseda, directora del banco de comida de la Iglesia Luterana en Van Nuys, dijo que en un año la cantidad de familias que buscan asistencia al mes ha crecido de 954 a 2,653 y que cada día el número aumenta.

“En el Día Nacional del Hambre, tenemos que reconocer que la cantidad de personas con inseguridad alimentaria ha aumentado gradual, pero constantemente en el último año debido a la crisis económica”, dijo Maseda, quien agregó que el incremento lo conforman familias que buscan ayuda por primera vez debido a la pérdida o reducción de horas de trabajo.

Seis meses atrás se estimaba que había 2.9 millones de personas que padecen de inseguridad alimentaria, pero ahora el número seguramente ha subido, según Darren Hoffman, director del Banco Regional de Alimentos.

“En los últimos meses hemos visto unaumento de un 35% a un 40% en la demanda de los bancos de comida, cocinas comunitarias y Boys and Girls Club. La situación es crítica para miles de familias en el condado de Los Angeles que, por lo general, tienen niveles más altos de desempleo que el resto del estado”, manifestó Hoffman.

En Long Beach, al otro lado del condado, Ruth Folber, directora del Banco de Comida de esta área, asegura que en pocos meses han duplicado la cantidad de familias que llegan a esta organización en busca de alimentos.

“Atendíamos en promedio a 100 familias al día, ahora estamos atendiendo a 200 familias. Pero nuestra ayuda no es sólo comida o ropa de emergencia, sino también los entrenamos para conseguir un mejor trabajo o los dirigimos a algún programa que les ayude en la situación que enfrentan”, señaló Folber. “Es muy dramática la situación de las familias”.
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