Ciudad de México, México.- (SECOSICE) La Iglesia Bautista Horeb dedicó ayer un servicio al joven secuestrado y asesinado “Como humanos estamos hartos de la injusticia, de la violencia y de la impunidad, y de las frases bonitas que no se cumplen”, dijo ayer el pastor Gilberto Gutiérrez Lucero.
El ministro de la Iglesia Bautista Horeb encabezó ayer un servicio religioso dedicado a la memoria de Marco Antonio Equihua Peralta, adolescente secuestrado el 22 de abril y cuyo cuerpo sin vida fue encontrado el 10 de mayo pasado.
“Nos reunimos para pedirte Señor que bendigas a México, que bendigas nuestra ciudad.
“Por favor, Dios, bendice a nuestros gobernantes, al presidente de la República Felipe Calderón y a su esposa; aquí en nuestra ciudad a Marcelo Ebrard, a las autoridades en la policía, dales creatividad e inteligencia”, suplicó el pastor.
La Fundación Santiago Rossi, que agrupa a los diferentes planteles del Colegio Anglo Mexicano, y otras 700 empresas, convocó a un servicio ecuménico a la memoria del estudiante que cursaba la preparatoria en el plantel de Coyoacán.
El salón principal del Grand Forum, en Taxqueña, estuvo a medio llenar con integrantes de la Iglesia Bautista Horem, que se reúnen en el lugar cada domingo.
Por parte del Colegio Anglo Mexicano de Coyoacán estuvo la directora Arleth Corona, con una decena de personas, quienes se negaron a hacer declaraciones.
Tampoco estuvieron los familiares de Marco Antonio, ni representantes de organizaciones sociales como Iluminemos México o México Unido contra la Delincuencia.
Salvo las menciones del pastor a Equihua, en la ceremonia no hubo imágenes o un discurso dedicados especialmente al joven.
“¿Qué hacemos? ¿Tomamos las armas? ¿Salimos a las calles a protestar? ¿Nos encerramos en nuestros refugios personales? ¿Lloramos? ¿Hacemos justicia por nuestra propia mano y tomamos venganza?
“Debe ser algo imposible de describir, yo no podría decirle a la familia Equihua que los comprendo del todo, no podría decirlo, porque no sé lo que significa eso, perder un hijo y de la manera que lo perdieron debe ser algo espantoso de soportar”, dijo el pastor Gutiérrez Lucero.
El representante religioso destacó otros casos similares de integrantes de su congregación, en particular el de otro joven, de 19 años, Roberto Amezcua.
“No está hoy con nosotros porque fue asesinado, cómo decirle a esa familia y a la familia Equihua, no sé qué decirles, pero escúchenme: Dios sí sabe lo que eso significa”, dijo el pastor.
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