EEUU.- Forzarían a un chico a someterse a quimioterapia, el niño de 13 años se rehúsa a seguir con el tratamiento y la madre lo apoya en esta decisión. La justicia emitió una orden de arresto contra la madre.
Daniel Hauser, de 13 años, fue diagnosticado con linfoma en enero y empezó con el tratamiento durante ese mismo mes, pero no volvió para continuarlo en febrero.
Apoyado por su madre, Daniel se rehusó a continuar el tratamiento por motivos religiosos y optaron por medicina alternativa.
Recientemente, se ha hecho un análisis y comprobaron que el tumor ha vuelto al tamaño que tenía en enero, previo al tratamiento. Como consecuencia de ello, han pedido que asistieran a una vista judicial el martes, para discutir los resultados del análisis y asignarle un oncológico.
Sin embargo, no fueron. Cuando le preguntaron al padre, este declaró que su esposa se había escapado con su hijo y se rehusó a dar más información a los medios.
La tía de Daniel murió después de quimioterapia y el adolescente tiene un intenso dolor en el pecho, que sospechan es consecuencia del tumor presionando contra el aparato que le pusieron para poder administrar las drogas del tratamiento.
Cinco doctores decidieron que siguiendo el tratamiento, el niño tendría una probabilidad del 90% de sobrevivir, y que sin quimioterapia moriría en cinco años. Esto, y que no hayan asistido a la vista judicial, le bastó al juez John Rodenberg para hacer la orden de arresto.
Es un caso en el que el gobierno decide que tiene razón y que aquello es suficiente para contrarrestar una decisión personal de un enfermo – la de optar por un tratamiento diferente al de llenarse el cuerpo con veneno y radiación para tratar su problema. Para tener una libertad básica, la libre elección de lo que hace con su propio cuerpo, Daniel y su madre son ahora fugitivos de la justicia.
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