Buenos Aires, Argentina.- (SECOSICE) La “Iglesia Cristiana Evangélica de Jesucristo En Un Mismo Espíritu”, luego unirse a la campaña en buses “Dios Si Existe”, alentada desde tierras ibéricas, e iniciada en tierras americanas desde el 15 de enero en Buenos Aires, ahora extendió la misma en camiones de volquetes.Los pastores de la Iglesia habían invitado a los hermanos de Argentina a participar de la Campaña apoyándola por diferentes medios, como por ejemplo, enviando éste línk: www.enunmismoespiritu.com.ar/Novedad07.htm a los amigos y conocidos, participando a través del conocimiento de Dios y de la experiencia en la fe de cada hijo de Dios, dando a conocer las Buenas Nuevas de Jesucristo.
En sintonía, el propietario de una empresa de camiones, al conocer de la campaña, se acercó a los pastores de la Iglesia para ofrecer los camiones como un medio para proclamar la existencia de Dios, colocándose en los mismos los carteles de la Campaña, realizados a través de las ofrendas de varios hermanos del país, el día 20 de marzo del corriente año.
El pastor de la Iglesia, Jorge Víctor D’Amico, cuenta que su anhelo es inundar la Capital Federal, el Gran Buenos Aires y el interior de nuestro país, en esta Campaña sin precedentes, “para que la sociedad argentina comprenda que los cristianos verdaderos somos muchos más de lo que la gente cree, y que, si nos unimos, no de palabras, sino de hechos, podemos cambiar la historia, por lo menos de nuestro país”. Asimismo hace incapié en la necesidad de hacer saber que los cristianos “no somos locos” o que “nos lavaron la cabeza”, o que lo único que sabemos hacer es levantar las manos y decir “Aleluya!” y “Amén”, como muchos que no nos conocen creen.
El propósito es que comience a conocerse la Verdad del Evangelio como está escrito, utilizando todos los medios posibles, principalmente a través de ésta original campaña iniciada en los medios de transporte públicos, invitando a conectarse y a leer la Palabra de Dios on-line, entre otras cosas.
Prosigue, diciendo que “no debemos olvidar que somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para mostrar y testificar de los beneficios de Nuestro Señor Jesucristo (1ra. Pedro 2.9)”. Esta es la oportunidad y la herramienta que Dios pone en nuestras manos en éste tiempo para cumplir la Gran Comisión proclamada en San Mateo 28.19.
Por último, invita a unirse como un solo hombre sin distinciones denominacionales y sin que ningún hombre sea exaltado, ni que prevalezca ningún título eclesiástico, sino tan solo, la mismísima persona de Nuestro Amado Jesús.
