lunes, 13 de abril de 2009

La Pascua, una de las más Grandes Fiestas para los Cristianos.

Asunción, Paraguay.- (SECOSICE) Ayer de mañana la ciudad estaba apagada. Poca gente por la calle, mucho sol y contados autos circulando por las avenidas. No era un día cualquiera, era Pascua, una de las más grandes fiestas para los cristianos.

En la Iglesia Comunidad Nuevo Pacto, dependiente de la Iglesia de Dios en el Paraguay, ubicada sobre Félix Bogado, se vivió ayer el contraste. Mientras Asunción todavía dormía, en el local de esta iglesia festejaban con alabanzas, danzas y cantos la resurrección.

Mujeres jóvenes y niñas dieron inicio a la celebración con un baile hebreo que utiliza banderas de colores con símbolos propios.

A la par de la danza y la música que sonaba en vivo en el lugar, los fieles levantaban los brazos y los movían al ritmo de ese hit muy conocido por todos los presentes. Todos seguían el tema en voz alta. Señores, señoras, jóvenes y niños bailaban con energía y tenían rostros de alegría.

La danza es la nueva modalidad de alabanza que promovieron las chicas jóvenes del grupo. Lo hacen desde hace un año. Lo nuevo de ayer fue la integración de las niñas más pequeñas de la iglesia al grupo de las bailarinas, que tiene un claro y único objetivo: llevar al pueblo a la presencia de Dios.

“No es fácil estar en la presencia de Dios, hay muchas distracciones. Las personas no cierran sus ojos para orar. Con el baile buscamos que la gente entre en presencia de Dios”, explicó Belén Sánchez.

Recordó que al comienzo hubo resistencia de parte de los fieles a incorporar la danza, porque era algo nuevo para todos, pero después entendieron que también era una forma de alabanza.

Los bailes que presentan cada domingo, entre una predicación y otra, pertenecen a la antigüedad y cada bandera que usan tienen un significado.

La roja simboliza la sangre de Cristo; la azul, la paternidad de Dios; la amarilla la presencia de Dios, y la blanca el Espíritu Santo.

Uno de los miembros de la iglesia, Jorge Maldonado, explica que lo único importante para ellos es Dios y lo que él hace en cada uno.

“Si alguien quiere ir a decir algo lo hace, no hay un protocolo. Esta iglesia se define como una de amigos”, señaló. A la iglesia asisten unos 260 fieles. Son de distintos sitios de la ciudad, diferentes edades, pero tienen algo en común: Cristo.
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